¿Existe una Relación entre el Trauma Infantil y la Dependencia Emocional?

Explora la conexión entre el trauma infantil y la dependencia emocional. Descubre causas, síntomas y estrategias eficaces para superar patrones perjudiciales.

¿Existe una Relación entre el Trauma Infantil y la Dependencia Emocional?

¿Sabías que las raíces de la dependencia emocional pueden estar ocultas en los primeros años de vida? Las experiencias traumáticas en la infancia pueden dejar huellas profundas en nuestra psique, influyendo en la manera en que nos relacionamos con las personas y con el mundo que nos rodea.

Una de las consecuencias directas del trauma infantil puede ser la necesidad excesiva de aprobación y validación, un comportamiento conocido como dependencia emocional. Pero, ¿cómo puede un evento traumático en la infancia llevar a este patrón de comportamiento en la vida adulta?

En este artículo, desentrañaremos esta compleja relación, explorando los mecanismos psicológicos que conectan los eventos traumáticos de la infancia con la dependencia emocional. Conoce estrategias para superar este complejo desafío y descubre formas de construir relaciones más saludables.

¿Qué es el Trauma Infantil?

La infancia es un período fundamental en la formación de nuestra personalidad y de nuestras relaciones interpersonales. Es durante estos años decisivos que comenzamos a construir los primeros lazos afectivos y a entender cómo funcionan las dinámicas del mundo a nuestro alrededor.

El trauma infantil puede surgir como consecuencia de experiencias adversas y impactantes vividas durante los primeros años de vida, momentos críticos para el desarrollo psicológico y emocional. Estos traumas pueden moldear la percepción y el comportamiento del niño de maneras profundas y duraderas. Los tipos más comunes de trauma infantil pueden incluir:

Abuso Físico
Involucra cualquier forma de agresión física contra el niño, incluyendo golpear, patear o causar heridas intencionalmente. Este tipo de abuso puede llevar a graves daños físicos y emocionales, perjudicando la capacidad del niño para confiar en los demás y sentirse seguro.

Abuso Emocional
Se refiere a comportamientos que atacan la autoestima y el bienestar emocional del niño, como críticas constantes, desprecio, amenazas y rechazo. Este tipo de abuso puede causar efectos duraderos en la autoimagen y en las habilidades relacionales del niño, contribuyendo a problemas de autoestima y salud mental.

Abuso Sexual
Incluye cualquier forma de contacto o comportamiento sexual con un niño, desde toques inapropiados hasta explotación sexual. Este trauma puede resultar en sentimientos profundos de vergüenza y confusión, afectando la salud emocional y la capacidad del niño para desarrollar relaciones saludables en el futuro.

Negligencia
Se refiere a la falla en atender las necesidades básicas del niño, como alimentación adecuada, cuidados médicos, higiene y educación. La negligencia puede llevar a deficiencias en el desarrollo físico y emocional, afectando el crecimiento y el bienestar general del niño.

Pérdida de un Ser Querido
La muerte de un padre, madre o cuidador principal es un evento profundamente traumático para un niño. La pérdida puede generar sentimientos intensos de tristeza, abandono e inseguridad, impactando el proceso de duelo y la capacidad del niño para afrontar cambios.

Violencia Doméstica
La exposición a la violencia entre adultos en el entorno familiar, como agresiones físicas o verbales entre los padres, puede crear un ambiente inestable y aterrador para el niño. Este tipo de trauma puede llevar a problemas de comportamiento, ansiedad y dificultades en la formación de vínculos saludables.

Inestabilidad Familiar Crónica
Involucra cambios frecuentes de residencia, separaciones parentales repetidas o cambios constantes en la estructura familiar. Esta inestabilidad puede crear un sentido de inseguridad y desamparo en el niño, afectando su desarrollo emocional y la capacidad de formar relaciones estables y confiables.

Impacto Neurobiológico del Trauma Infantil

El trauma en la infancia no solo afecta el bienestar psicológico, sino que también puede tener consecuencias profundas y duraderas en el desarrollo neurobiológico del niño. Los principales impactos neurobiológicos asociados a experiencias traumáticas en la infancia pueden incluir:

1. Alteraciones en el Desarrollo Cerebral
Estudios de neuroimagen han demostrado que el trauma puede afectar significativamente el desarrollo de áreas cerebrales cruciales. El hipocampo, responsable de la memoria y el aprendizaje, puede mostrar una reducción en su volumen y función, lo que puede comprometer la capacidad de retener y procesar información.

La amígdala, esencial para el procesamiento y la regulación de las emociones, puede volverse hiperactiva, lo que lleva a respuestas emocionales exageradas y a un aumento de la reactividad al estrés. El córtex prefrontal, involucrado en la regulación emocional y la toma de decisiones, puede presentar un subdesarrollo, afectando la capacidad de autocontrol y de planificación a largo plazo.

2. Alteraciones en el Sistema de Respuesta al Estrés
El trauma puede llevar a una desregulación crónica del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), un sistema esencial para la respuesta al estrés. Esta desregulación puede resultar en una producción inadecuada de hormonas como el cortisol, afectando la capacidad del cuerpo para responder adecuadamente al estrés y contribuyendo a una mayor vulnerabilidad a trastornos como la ansiedad y la depresión. Además, esta respuesta desregulada puede comprometer la capacidad del sistema inmunológico para funcionar de manera eficiente.

3. Epigenética
Investigaciones recientes indican que el trauma puede causar alteraciones epigenéticas, que son modificaciones en la expresión génica sin alterar la secuencia de ADN. Estas alteraciones pueden influir en cómo los genes se activan o desactivan en respuesta al entorno, afectando procesos biológicos esenciales como la regulación emocional y la respuesta al estrés.

Las modificaciones epigenéticas pueden tener efectos a largo plazo, potencialmente transmitiéndose a las generaciones futuras y contribuyendo a una mayor predisposición a problemas de salud mental y conductual.

Los impactos neurobiológicos demuestran cómo el trauma infantil puede influir profundamente en el desarrollo del cerebro y en el funcionamiento del sistema de respuesta al estrés, además de alterar la expresión génica.

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Curación de La Dependencia Emocional

¿Qué es la Dependencia Emocional?

La dependencia emocional es un patrón persistente de insatisfacción emocional que una persona intenta llenar a través de relaciones con los demás, a menudo de manera disfuncional. Este comportamiento puede perjudicar la salud mental y el bienestar general, llevando a relaciones desequilibradas y a una autoestima comprometida. Las características comunes asociadas a la dependencia emocional pueden incluir:

Miedo Intenso al Abandono
Las personas con dependencia emocional experimentan una ansiedad profunda y persistente sobre la posibilidad de ser dejadas o rechazadas. Este miedo puede llevar a comportamientos extremos para evitar el abandono, como la vigilancia constante de la pareja o intentos de controlar la relación para garantizar su permanencia.

Necesidad Excesiva de Aprobación
Existe una búsqueda constante de validación y afirmación de los demás. Las personas con dependencia emocional a menudo sienten que su propio valor está ligado a la opinión de los demás, lo que les lleva a buscar constantemente elogios y aprobación para sentirse válidas y aceptadas.

Dificultad para Tomar Decisiones Independientes
Hay una confianza excesiva en los demás para la orientación y la toma de decisiones. Esta dependencia puede manifestarse en una renuencia a tomar decisiones por cuenta propia, lo que resulta en elecciones basadas en las expectativas o deseos de otros, en lugar de las propias necesidades y deseos.

Baja Autoestima
Los sentimientos persistentes de insuficiencia y devaluación son comunes. La falta de autoestima puede alimentarse de la creencia de que no se es digno de amor o respeto, lo que lleva a la persona a buscar constantemente la aprobación y el afecto de los demás para compensar estas deficiencias percibidas.

Comportamiento Sumiso
Existe una tendencia a sacrificar las propias necesidades y deseos para complacer a los demás. Las personas con dependencia emocional pueden someterse a patrones de comportamiento que desatienden su propio bienestar en favor de la satisfacción y la aceptación de los demás.

Dificultad para Establecer Límites
La incapacidad de decir «no» o de establecer fronteras saludables en las relaciones es una característica distintiva. Esta dificultad puede llevar a situaciones de explotación o abuso, donde los propios límites son irrespetados en favor de mantener la relación o evitar conflictos.

Idealización de la Pareja
Hay una tendencia a colocar a la pareja en un pedestal, ignorando sus defectos o señales de alerta. La idealización puede crear una visión distorsionada de la pareja y de la relación, dificultando el reconocimiento de comportamientos perjudiciales o abusivos y perpetuando ciclos de dependencia.

Orígenes Psicológicos de la Dependencia Emocional

La dependencia emocional a menudo tiene raíces profundas en diversos factores psicológicos, que moldean la forma en que los individuos perciben e interactúan con sus relaciones a lo largo de la vida. Las principales raíces psicológicas de la dependencia emocional, enriquecidas con detalles adicionales, son:

1. Teoría del Apego
Desarrollada por John Bowlby, la Teoría del apego destaca cómo las primeras relaciones de un niño con sus cuidadores moldean sus expectativas y comportamientos en relaciones futuras.

Existen cuatro estilos principales de apego: seguro, ansioso-preocupado, evitativo y desorganizado. Los individuos con un estilo de apego ansioso-preocupado, por ejemplo, pueden desarrollar patrones de dependencia emocional, caracterizados por un miedo constante al rechazo y al abandono, y una necesidad excesiva de proximidad y validación de los demás. La inseguridad originada en la infancia puede manifestarse como una necesidad intensa de apoyo emocional y una dificultad para mantener relaciones equilibradas.

2. Esquemas Desadaptativos Tempranos
El concepto desarrollado por Jeffrey Young se refiere a patrones emocionales y cognitivos disfuncionales que se forman en la infancia y moldean el comportamiento adulto. Estos esquemas, como la «vulnerabilidad al daño» o la «deficiencia», pueden crear una visión distorsionada de sí mismo y de los demás, llevando a la dependencia emocional. Por ejemplo, alguien con un esquema de «deficiencia» puede sentir que no es digno de amor, lo que resulta en una búsqueda constante de aprobación y una dificultad para mantener la autoestima sin respaldo externo.

3. Modelado Parental
La observación de relaciones codependientes o disfuncionales entre los padres o cuidadores puede influir en la formación de patrones de dependencia emocional en los niños. Los niños que crecen en entornos donde los padres demuestran comportamientos de dependencia mutua, como la falta de límites personales o la priorización de las necesidades del otro en detrimento de las propias, pueden internalizar estos patrones y replicarlos en sus propias relaciones.

El modelado parental no solo enseña cómo relacionarse con los demás, sino que también establece expectativas sobre lo que es aceptable y deseable en una relación.

Impactos de la Dependencia Emocional en la Vida Adulta

La dependencia emocional puede tener un impacto profundo y abarcador en diversas áreas de la vida adulta, influyendo en la manera en que los individuos se relacionan con los demás, afrontan sus responsabilidades y experimentan su bienestar general. Los principales impactos de la dependencia emocional en diferentes esferas de la vida adulta incluyen:

Relaciones Románticas
Las personas con dependencia emocional a menudo experimentan relaciones inestables o abusivas. La necesidad constante de aprobación y el miedo intenso al rechazo pueden llevar a patrones de comportamiento disfuncionales, como celos excesivos, posesividad e intentos de control. Estos patrones pueden resultar en conflictos frecuentes y en la perpetuación de ciclos de relaciones tóxicas, donde una pareja es idealizada mientras que las fallas son ignoradas.

Amistades
La dependencia emocional puede dificultar el mantenimiento de amistades equitativas y saludables. Aquellos que buscan constantemente validación y apoyo de sus amigos pueden sobrecargarlos con sus necesidades emocionales, creando relaciones desequilibradas e insostenibles. La dificultad para establecer límites claros también puede llevar a situaciones de explotación, donde las propias necesidades y deseos son sacrificados para complacer a los demás. La incapacidad para alejarse de amistades perjudiciales también puede perpetuar un ciclo de dependencia e insatisfacción.

Carrera
En el entorno profesional, la dependencia emocional puede manifestarse a través de la necesidad constante de aprobación y reconocimiento de colegas y superiores. Este comportamiento puede conducir a una búsqueda excesiva de retroalimentación positiva, resultando en dificultad para aceptar críticas constructivas y en una mayor vulnerabilidad al estrés y la presión. La falta de autonomía en la toma de decisiones y la dificultad para lidiar con el rechazo o los fracasos pueden afectar el desempeño y la satisfacción en el trabajo, creando un ambiente laboral poco saludable y estresante.

Salud Mental
La dependencia emocional está frecuentemente asociada con un aumento del riesgo de problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y trastornos alimentarios. La necesidad constante de validación y el miedo al rechazo pueden contribuir a una autoimagen negativa y a sentimientos persistentes de insuficiencia. Esto puede llevar al desarrollo de trastornos del estado de ánimo, como la depresión, y a un aumento de la ansiedad en relación con las interacciones sociales y la autoaceptación.

La Relación entre el Trauma Infantil y la Dependencia Emocional

La relación entre el trauma infantil y la dependencia emocional es compleja y multifacética, involucrando interacciones entre experiencias traumáticas y patrones de comportamiento emocional desarrollados a lo largo de la vida. Las evidencias científicas sugieren una fuerte correlación entre los traumas vividos en la infancia y la aparición de dependencia emocional en la vida adulta, evidenciando cómo las experiencias tempranas pueden moldear profundamente la forma en que los individuos interactúan en sus relaciones futuras.

Estudio Longitudinal
Un estudio de 2018, publicado en el Journal of Interpersonal Violence, siguió a 1.118 individuos a lo largo de 30 años y encontró una correlación significativa entre experiencias de abuso infantil y la manifestación de dependencia emocional en la edad adulta. Los investigadores observaron que aquellos que sufrieron abuso físico, emocional o sexual en la infancia presentaban una mayor tendencia a desarrollar patrones de dependencia emocional, evidenciando cómo las experiencias traumáticas tempranas pueden influir en la manera en que los adultos buscan y mantienen relaciones interpersonales.

Meta-análisis
Un estudio de 2019 publicado en Clinical Psychology Review realizó un meta-análisis exhaustivo, revisando 56 estudios que investigaron la relación entre el trauma infantil y la dependencia emocional. Los resultados indicaron que el trauma infantil está fuertemente asociado con patrones de apego inseguro y dependencia en la vida adulta. Este meta-análisis reveló que las experiencias traumáticas, como el abuso o la negligencia, pueden llevar al desarrollo de estilos de apego inseguros, caracterizados por una necesidad excesiva de validación y una dificultad para mantener relaciones equilibradas y saludables.

Neuroimagen
Investigaciones recientes utilizando fMRI (Resonancia Magnética Funcional) han demostrado que los adultos con antecedentes de trauma infantil y dependencia emocional presentan alteraciones significativas en la activación de regiones cerebrales asociadas al procesamiento emocional y la regulación del afecto. Estas investigaciones mostraron que áreas del cerebro como el hipocampo, involucrado en la memoria y el aprendizaje, y la amígdala, responsable de la respuesta emocional, pueden presentar patrones de activación alterados, reflejando la influencia duradera de los traumas infantiles en la manera en que los individuos procesan y regulan sus emociones en la vida adulta.

Mecanismos de Conexión entre el Trauma Infantil y la Dependencia Emocional

La conexión entre el trauma infantil y la dependencia emocional se sostiene en diversos mecanismos psicológicos y neurobiológicos. Estos factores complejos e interrelacionados ayudan a explicar cómo las experiencias traumáticas tempranas pueden moldear la manera en que los individuos interactúan y se relacionan en la vida adulta. A continuación, exploramos los principales mecanismos que contribuyen a esta conexión:

Apego Inseguro
El trauma en la infancia puede interferir profundamente en el desarrollo de un apego seguro con los cuidadores primarios. La teoría del apego, propuesta por John Bowlby, sugiere que experiencias traumáticas, como el abuso o la negligencia, pueden impedir la formación de un apego seguro, resultando en modelos internos de trabajo (IWMs) que ven a los demás como no confiables y a sí mismos como no merecedores de amor y cuidado. Estos modelos internos influyen en la forma en que los individuos perciben y se relacionan con los demás, a menudo llevando a una necesidad excesiva de validación y a un temor constante al rechazo.

Baja Autoestima
Las experiencias traumáticas, como el abuso emocional o la negligencia, pueden minar profundamente la autoconfianza del niño. La sensación de inadecuación y la creencia de que no se es digno de amor o respeto a menudo resultan en una búsqueda constante de validación externa en la vida adulta. Esta baja autoestima puede conducir a patrones de dependencia emocional, donde el individuo busca aprobación y confirmación constante de los demás para compensar la falta de autoaceptación.

Mecanismos de Afrontamiento Mal Adaptados
Los niños que sufren traumas a menudo desarrollan estrategias de supervivencia que pueden volverse problemáticas en la vida adulta. Por ejemplo, la hipervigilancia, que es una respuesta útil en ambientes abusivos, puede manifestarse como ansiedad crónica en las relaciones adultas. Estos mecanismos de afrontamiento, originalmente desarrollados para lidiar con situaciones traumáticas, pueden transformarse en patrones de comportamiento disfuncionales que afectan la capacidad de establecer y mantener relaciones saludables.

Dificultades de Regulación Emocional
El trauma infantil puede perjudicar el desarrollo de habilidades de autorregulación emocional. Los niños que experimentan trauma pueden tener dificultades para gestionar sus emociones de manera eficaz, resultando en una dependencia excesiva de otros para regular sus emociones. Esto puede llevar a comportamientos de búsqueda de apoyo emocional constante, donde el individuo depende de los demás para sentirse equilibrado y seguro.

Normalización de Relaciones Disfuncionales
Los niños expuestos a relaciones abusivas, negligentes o disfuncionales pueden internalizar estos patrones como normales. La exposición a tales dinámicas desde temprano puede llevar a la repetición de estas mismas dinámicas en la vida adulta, donde el individuo puede encontrar comodidad en relaciones que reproducen los patrones disfuncionales vividos en la infancia. Esto puede resultar en la perpetuación de ciclos de dependencia emocional y relaciones tóxicas.

Alteraciones Neurobiológicas
El trauma infantil puede causar alteraciones significativas en el desarrollo cerebral, afectando áreas responsables del procesamiento emocional y la toma de decisiones. Estudios de neuroimagen muestran que el trauma puede llevar a cambios en la activación y en la estructura de regiones cerebrales, como el hipocampo y la amígdala, que están involucradas en la memoria, la respuesta emocional y la regulación del estrés. Estas alteraciones neurobiológicas pueden predisponer a los individuos a patrones de dependencia emocional, influyendo en la manera en que perciben y reaccionan a las experiencias emocionales en la vida adulta.

Rompiendo el Ciclo de la Dependencia Emocional

Aunque la dependencia emocional puede parecer un desafío difícil de superar, la buena noticia es que existen métodos eficaces para romper este ciclo y promover la curación emocional. La terapia desempeña un papel crucial en este proceso, ayudando a los individuos a procesar traumas, desarrollar habilidades de afrontamiento y establecer relaciones más saludables y equilibradas. El proceso terapéutico puede incluir una variedad de enfoques, cada uno contribuyendo a la construcción de un camino hacia el bienestar emocional:

Psicoterapia Individual
La psicoterapia individual ofrece un espacio seguro y confidencial para explorar profundamente los sentimientos y emociones relacionados con el trauma. Este entorno permite a los individuos identificar y comprender los patrones emocionales y de comportamiento que perpetúan la dependencia emocional. A través de la terapia, es posible trabajar en cuestiones subyacentes, como la baja autoestima y el miedo al rechazo, y desarrollar estrategias para fortalecer la autoaceptación y la confianza. Enfoques como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) pueden ser particularmente eficaces para ayudar a identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales.

Terapia de Grupo
La terapia de grupo proporciona la oportunidad de compartir experiencias y sentimientos con otras personas que han enfrentado situaciones similares. Esta interacción puede ofrecer un sentido de comunidad y comprensión, reduciendo el aislamiento y validando las experiencias de los individuos. Participar en un grupo terapéutico permite el intercambio de estrategias de afrontamiento y la construcción de habilidades interpersonales en un entorno de apoyo mutuo. La exposición a diferentes perspectivas también puede ayudar a desafiar y reevaluar creencias limitantes.

Técnicas de Relajación y Mindfulness
Las técnicas de relajación y mindfulness son herramientas valiosas para gestionar el estrés y la ansiedad asociados con la dependencia emocional. La práctica de mindfulness, que implica la atención plena al momento presente, puede ayudar a reducir la reactividad emocional y promover un estado de calma. Técnicas como la meditación, la respiración profunda y la relajación progresiva pueden integrarse en la rutina diaria para mejorar la regulación emocional y la capacidad de afrontar situaciones estresantes de manera más equilibrada.

Trabajo con Creencias Limitantes
Desafiar y modificar creencias limitantes es un aspecto fundamental del proceso terapéutico. A menudo, la dependencia emocional se sostiene en creencias negativas y autodepreciativas, como la idea de que no se es digno de amor o que las relaciones deben ser sacrificadas. La terapia puede ayudar a identificar estas creencias y sustituirlas por pensamientos más realistas y positivos. Técnicas como la reestructuración cognitiva, utilizadas en conjunto con la psicoterapia, pueden ser eficaces para reevaluar y transformar estas creencias limitantes.

Además de los enfoques mencionados, otras estrategias pueden integrarse en el proceso de recuperación, como el desarrollo de habilidades sociales y de asertividad, la construcción de una red de apoyo saludable y la promoción de prácticas de autocuidado.

La conexión entre el trauma infantil y la dependencia emocional es clara, pero no inmutable. Con el apoyo adecuado, es posible superar los impactos de experiencias traumáticas y construir relaciones saludables, basadas en el respeto mutuo y la independencia emocional. Entender esta conexión es un paso vital para aquellos que buscan romper patrones perjudiciales y alcanzar un bienestar emocional duradero.

Si te identificas con el tema discutido en este artículo, considera buscar el apoyo de un profesional de salud mental. Buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad.

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Preguntas Frecuentes

1. ¿El trauma infantil siempre conduce a la dependencia emocional?
No, no todas las personas que experimentan traumas en la infancia desarrollan dependencia emocional. La vulnerabilidad a este tipo de comportamiento puede variar de una persona a otra y depende de diversos factores, como la naturaleza del trauma, el apoyo recibido durante la infancia y la personalidad individual.

2. ¿Cuáles son los primeros signos de dependencia emocional en los niños?
En los niños, la dependencia emocional puede manifestarse a través de dificultades para separarse de los padres, miedo excesivo al abandono, baja autoestima y problemas para hacer amigos.

3. ¿La dependencia emocional puede confundirse con otras cuestiones?
Sí, la dependencia emocional puede confundirse con otros patrones de comportamiento, como la codependencia y la baja autoestima. Es importante buscar un diagnóstico preciso con un profesional de salud mental.

4. ¿Es posible superar la dependencia emocional por cuenta propia?
Aunque es posible realizar cambios conductuales por cuenta propia, la terapia es altamente recomendada. Un terapeuta puede proporcionar las herramientas y el apoyo necesarios para abordar las raíces del problema y desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables.

5. ¿Cuáles son las consecuencias de no tratar la dependencia emocional?
La dependencia emocional no tratada puede llevar a una serie de problemas, como relaciones tóxicas, pérdida de identidad, depresión, ansiedad e incluso aislamiento social. En casos graves, puede contribuir a la perpetuación de ciclos de abuso emocional o físico.

Leonardo Tavares

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Un poco sobre mí

Autor de obras de autoayuda notables, como los libros ‘Ansiedad S.A.’, ‘Combatiendo la Depresión’, ‘Curación de la Dependencia Emocional’, ‘Derrotando el Burnout’, ‘Encontrando el Amor de tu Vida’, ‘Enfrentando el Fracaso’, ‘Sobreviviendo al Duelo’, ‘Superando la Ruptura’ y ‘¿Cuál es Mi Propósito?’.

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